ONINAKI
Plataformas: Nintendo Switch | PS4 | PC
Género: Acción | RPG
Desarrollador: Tokyo RPG Factory
Editor: Square Enix
Lanzamiento: 22 de agosto de 2019 (Switch, PC y PS4)
Precio: Switch U$49,99 | PS4 U$S 49,99 | PC $ 1.399,00
Idioma: Voces en Japonés| Textos en Inglés

Tokyo RPG Factory es una empresa relativamente nueva que tiene pocos juegos en su haber, todos ellos con una gran reminiscencia a títulos RPG que tienen años desde su lanzamiento. El primero de ellos fue I am Setsuna, seguido de Lost Sphear, dos títulos que eran esperados con mucha emoción aunque, luego de su lanzamiento, demostraron no estar a la altura de las circunstancias, aunque sin decepcionar. La tercera es la vencida -dicen-, y acá es donde entra a jugar ONINAKI, el nuevo título de esta compañía perteneciente a Square Enix.

Anunciado durante un Nintendo Direct en febrero de este año, ONINAKI mostraba potencial para ser ese título que finalmente hiciera despegar a Tokyo RPG Factory con un nuevo RPG centrado en la acción y que dejaba de lado el combate por turnos para ofrecernos una experiencia distinta a las anteriores. Así fue como llegó a nuestras manos y, luego de muchas horas de prueba, les podemos brindar nuestro análisis.

Kagachi y Aisha, el primer Daemon que tendremos.

La historia de ONINAKI nos lleva a un mundo de fantasía en el que la muerte y la reencarnación están estrechamente relacionadas. En este mundo, todos creen que luego de la muerte las personas reencarnan, siendo esto el dogma religioso por excelencia. Igualmente, no todos pueden “ir hacia la luz” ya que tanto muertos como vivos albergan temor, odio, ira, remordimiento y muchos sentimientos oscuros más, los cuales evitan que la persona pueda dejar este plano para finalmente reencarnar. Acá es donde entran en escena los Watchers, quienes son los encargados de intentar brindar paz a los difuntos y sus familiares de distintas formas para que los primeros puedan dejar este mundo, aunque aquellos que no lo logran quedan atados a este plano, transformándose en monstruos.

La vida y la muerte ocupan un lugar central en la temática del juego, y es sorprendente como podemos ver distintas miradas en la que se acepta -o no- la muerte y lo que ella conlleva. ONINAKI nos presenta una temática adulta que es más que bienvenida, con diversas posiciones sobre lo que hay más allá una vez que dejamos el plano mortal.

En este marco es como se nos presenta la historia de Kagachi, un pequeño que sufre una gran pérdida y con el paso del tiempo se transforma en Watcher, quien no dudará en seguir los principios que le fueron inculcados sin ningún tipo de problema. Así es como acompañaremos a Kagachi en una historia que se centrará en detener al Night Devil, el principal antagonista del título que, sorpresivamente, quiere destruir todo lo que está a su paso.

Así es como iremos pasando por distintos escenarios determinados en los que tendremos que combatir a estos monstruos caídos, los cuales irán variando a medida que avancemos en la historia, cada uno con sus ataques distintivos. Para hacerles frente, tendremos a disposición a los Daemons, personas que por diversas razones no pudieron avanzar hacia la reencarnación pero que tampoco cayeron ante las sombras transformándose en caídos. Cada Daemon tendrá sus características y ataques especiales, así como un arma determinada. Square Enix comparó a los Daemons con las “clases” que podemos encontrar en otros títulos, aunque personalmente se me hizo similar al sistema de Blades de Xenoblade Chronicles 2. Esto es así porque podremos tener 4 Daemons seleccionados, los cuales iremos variando durante las batallas a nuestro gusto, utilizando el que mejor se adapte a la situación.

ONINAKI
Tenemos la capacidad de ver las almas de los muertos y ayudarlos a “ir hacia la luz”.

Cada Daemon que conoceremos en ONINAKI utiliza un arma específica, ya sea la espada, el hacha, una pistola y una ballesta, una lanza, y muchas otras cosas más. Mientras más utilicemos a un Daemon, este conseguirá piedras específicas que servirán para aprender nuevas habilidades, mejorarlas y hasta conocer su “Lore”, donde veremos secuencias cortas donde nos contarán un poco de su historia y cómo llegaron a ser lo que son actualmente. Al avanzar en la historia los Daemons que conseguiremos estarán en clara desventaja con el resto, aunque para mejorarlos más rápido tendremos las “Null Stones” que nos permiten suplantar a las Piedras específicas de cada Daemon y así otorgarle nuevas habilidades para que estén a la altura de las circunstancias. Además, podremos cambiar el arma de cada uno de los Daemons para asignarles algunas con mayor daño y en ciertos casos con habilidades especiales que nos ayudarán en cada batalla.

Kagachi, como Watcher, tiene la posibilidad de viajar entre mundos. Así es como podremos acceder a nuevas áreas a través de portales que se encuentran en el plano llamado “Beyond”, donde además podremos interactuar con las distintas almas perdidas que nos darán una pequeña misión secundaria, aunque son relativamente sencillas y su aporte es casi nulo, ya que las recompensas tampoco son destacables. Para poder recorrer el más allá, deberemos derrotar a un subjefe que, al completar la batalla, nos otorgará la posibilidad de ver con claridad este otro mundo, “corriendo el Velo”. Esto nos permitirá recorrer este otro plano de forma más segura y conociendo el camino por el que vamos.

ONINAKI
El árbol de habilidades de los Daemons nos permite desbloquear nuevos ataques y mejoras.

ONINAKI no posee una gran dificultad, ya que el sistema de combate al ser fluido nos permite conocer de forma rápida el modo de ataque de nuestros enemigos. Los Jefes Finales son los que mayor desafío nos propondrán, aunque siempre tendremos un Daemon que será el ideal para hacerle frente. La IA no es destacable, ya que reconoceremos de forma rápida los patrones de ataque de todos los enemigos, por lo que nunca estuvimos frente a un desafío interesante. Algo que podría haber mejorado la experiencia de juego hubiese sido la posibilidad de cambiar de Daemons de forma más rápida y fluida para realizar distintos combos entre aquellos que tengamos equipados. Lamentablemente, si en el medio de una batalla queremos utilizar otro Daemon deberemos esperar un par de segundos hasta que cambie, algo que en el medio de una batalla puede costarnos caro.

Gráficamente no es ninguna maravilla, pero Tokyo RPG Factory sabe jugar con los fondos y los colores para que la experiencia sea amena. Seguramente podría ser mejor, pero al ser un título de presupuesto relativamente austero el trabajo se encuentra bien hecho. Igualmente, no esperen secuencias cinemáticas impresionantes.

La banda sonora es algo destacable, aunque al estar Square Enix involucrado no es ninguna sorpresa. Las melodías acompañan bien cada momento de la historia, y hacen ameno cada momento que pasamos recorriendo los distintos puntos del mapa así como cuando combatimos. Las voces están en japonés y los textos en inglés, lo que limita que ONINAKI pueda ser disfrutado por todos.

Cada Daemon tiene habilidades diferentes.

Finalmente, aunque ONINAKI no es una obra maestra, es un título que apostó por un nuevo sistema de combate que puede gustar o no, dependiendo de cada uno, pero que tiene una historia profunda con temas sensibles como la vida y la muerte y como cada uno lo acepta de la forma que puede. Tokyo RPG Factory y Square Enix hicieron un buen trabajo, aunque algunos ajustes en el sistema de combate y personajes más carismáticos podrían haber brindado una gran experiencia de juego.

Analisis
Puntaje
7.5
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review-oninakiONINAKI nos presenta una historia centrada en Kagachi y su trabajo como Watcher. Con temáticas centradas en la vida, la muerte, y lo que sucede luego, este RPG de acción nos trae batallas relativamente sencillas donde lo mejor lo encontraremos en la temática que aborda el juego y los distintos Daemons que utilizaremos en la historia. Con unos gráficos y banda sonora que hacen un buen trabajo, este nuevo título de Tokyo RPG Factory y Square Enix deja un buen sabor de boca, aunque podría haber sido mejor con protagonistas más carismáticos y un sistema de batalla no tan predecible.