“Casa de naipes” sería la traducción para países de habla hispana, que suerte que Netflix respeta los títulos originales de las series. House of cards, es la historia de Frank Underwood (Kevin Spacey), coordinador de la mayoría de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, quien al no ser elegido para ocupar el cargo de Secretario de Estado, comienza a elaborar un intrincado plan para conseguir su objetivo (uno de muchos). Es ayudado y apoyado por su esposa Claire (Robin Wright, Jenny en Forrest Gump y General Antiope en Wonder Woman).

Todo comienza con el enojo de Frank hacia sus compañeros de partido y al actual Presidente de EEUU, lo cual desemboca es una lucha a todo o nada por escalar lo máximo posible e ir consiguiendo cada vez más influencias y poder. Para ese entonces, su esposa está al frente de una ONG, tiene una presencia muy activa y pasa de un trabajo a nivel local a escalar a lo internacional, para ganar poder. Entre idas y vueltas, llega a ser embajadora de la ONU. No hace falta ver muchos capítulos para descubrir que puede llegar a ser tan despiadada como su marido.

El plan de Frank comienza con un objetivo: conseguir una posición en el gabinete, a espaldas del presidente, manipulando a todo el que le convenga. Utiliza a otros compañeros de partido y planta historias a través de distintos medios. Frank es capaz de cualquier cosa, no tiene límites. Cada temporada le plantea un nuevo desafío y, sobre la marcha el televidente va descubriendo el objetivo del momento.

Mientras Frank lucha en el ambiente que conoce a la perfección, la política, su esposa Claire ataca desde otros frentes. Son tal para cual, juntos son prácticamente imparables y su sed de poder crece a pasos agigantados. Pero no todo le sale bien al matrimonio Underwood, al cosechar enemigos, van saliendo a la luz distintas situaciones por las que cada uno ha atravesado y que van marcando su imagen de forma no muy positiva.

Frank avanza varios posiciones, termina siendo Presidente de EE. UU., no importa a qué puesto llegó sino cómo lo hizo. Durante la cuarta temporada lucha para mantenerse en el poder, aparecen problemas conyugales y el dúo dinámico parece que ha llegado a su fin.

Es de destacar lo más novedoso de esta serie, su protagonista suele romper la “cuarta pared”: hace un paréntesis en lo que está sucediendo para contarle al televidente las razones por las cuales hace una cosa y no otra. No es un recurso muy utilizado en TV, con lo cual hace partícipe a quién la esté viendo. Al ser Frank, el protagonista principal, es el único que comparte sus planes y pensamientos con la audiencia.

La serie es atrapante, no sólo se trata de intrigas políticas, escándalos de toda índole y conflictos armados, sino que hay muertes, varias muertes.

 

Les dejamos el trailer de la última temporada, que se estrenó hoy en Netflix: